Alcances



La “Brecha Digital” en nuestros días…

Esta situación ha afectado claramente a las personas, grupos sociales, países, culturas, etc. En el ámbito de los índices del Estado-Nación, específicamente en desarrollo social, económico y expectativas de vida. Este suele exteriorizarse en una inestabilidad entre la productividad nacional y el desarrollo tecnológico, lo cual confronta estrechamente la competitividad económica de los países frente a un mundo que, se denota cada día más fraccionado tecnológicamente hablando.
En efecto, la producción carente de especialización y con una baja aplicación de las tecnologías de información y comunicación, se ve excluida en comparación con las producciones industriales y agrícolas de alto rendimiento, cimentadas sobre tecnología de vanguardia de diferentes campos. En un contexto como este, solo hay una vía, aparecen nuevas industrias y van desapareciendo las antiguas, con un modelo de desarrollo que genera una concepción de una división mundial del trabajo como producto de las especializaciones tecnológicas.      


Hablemos de cifras…

“Los datos relativos a la brecha digital internacional han sido analizados con bastante detalle en distintas investigaciones. En un estudio elaborado para la CEPAL, Pablo Villatoro y Alisson Silva precisan que, de acuerdo con el Banco Mundial, en Canadá y los Estados Unidos el 40% de la población tiene acceso a Internet, mientras que en América Latina y el Caribe solamente el 2% o 3% tiene la oportunidad de acceder a la red (Villatoro y Silva, 2005, p.11)”.

Se estima que, un 79% de los usuarios de Internet reside en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Por otra parte, el ancho de banda de toda América Latina según la PNUD es más o menos equivalente al de Seúl, República de Corea, catalogada como líder mundial en acceso a Internet.
Adicionalmente a esto, en términos de inversión en las TIC´s de las principales economías de América Latina y el Caribe se encuentran situados en una recta que oscila entre los 190 y 370 dólares per cápita situación que expone una disparidad acentuada con respecto a los países de Norteamérica y Europa que su gasto por concepto de inversión ronda los 2000 y 3000 dólares según estudios de la CEPAL  

¿Y Costa Rica…?

Para analizar la situación de Costa Rica es necesario visualizarla partiendo de 3 ópticas distintas, por un lado la situación de Costa Rica y el Mundo, por otro lado el tema del servicio universal e igualitario, y finalmente las políticas de “mitigación” implementadas por las autoridades costarricenses.
            La situación de Costa Rica en contraste con la del mundo, podría catalogarse en un rango entre nula y mala, puesto que las diferencias sociales se han ido agravando con respecto a años anteriores y aunque no se desestima algunos avances en cuanto a cobertura de acceso de internet y capacidad adquisitiva de dispositivos tecnológicos, aun nos encontramos por debajo de lo que debería ser una universalidad igualitaria de acceso a las TIC´s.
            Con respecto al tema del servicio universal e igualitario, el ICE presentan cifras de penetración de internet de un 7.7% por hogar,  que se ha mejorado considerablemente con la telefonía celular, pero que la desigualdad en el manejo de los recursos económicos y por ende la capacidad de gasto en cuestiones tecnológicas, han destacado que de cara a la economía basada en el conocimiento, la cobertura con respecto al acceso de computadoras e internet por hogar es muy baja en el territorio nacional.

En cuestiones políticas, la vinculación del estado que en teoría debería “apostar a la educación y al fomento tecnológico”, en ocasiones resulta incongruente en muchas de sus acciones que en lugar de ayudar a cerrar esa Brecha Digital, agranda una ya existente que es la de ricos y pobres, lamentablemente el desarrollo social y tecnológico, va muy de la mano con la inversión y el nivel de igualdad con que se manejen los recursos en un país, yo lo definiría como un verdadero reto para los mandatarios del país llevadero en la medida en que se tomen las decisiones pensando en el pueblo y no en sus propios intereses y que aún estamos faltos de políticas efectivas que contribuyan a atenuar la Brecha Digital con la que nos enfrentamos.

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